Acantilado donde está el colector de San Miguel está muy debilitado. Perú en Videos estuvo en el lugar y comprobó los daños.

Provistos de una cámara de vídeo enrumbamos hacia la zona donde se encuentra ubicado el colector de San Miguel, para comprobar el verdadero estado de ese lugar. Estando en el sitio pudimos comprobar que las paredes de rocas y tierra que forman parte del acantilado, están completamente húmedas y debilitadas. Inclusive desde la parte baja se puede ver un gran desprendimiento de tierra y expone la torre (cámara secreta) por donde se vertían las aguas residuales.

Pero esa no es la única zona por donde la humedad de la tierra viene debilitando el terreno del acantilado; pues pudimos comprobar in situ que aproximadamente unos 50 metros antes de llegar a la zona del colector, hay dos desembocaduras por donde aún sigue discurriendo las fétidas aguas, aunque en menor proporción, pero sigue humedeciendo la zona y debilitando los ya débiles terrenos. Justamente esta parte no se ve reflejado en los numerosos informes que se propalan por los medios, pero sin duda, viene contaminando y destruyendo aún más dicho suelo.

Sin lugar a dudas todo esto es un gran peligro para las familias que viven cerca de este acantilado, pues con terreno debilitado los riesgos de un deslizamiento podría traer una tragedia de grandes proporciones, tal como ocurrió con el desprendimiento de más de 50 metros de de suelo en días pasados. Por tal razón, de darse la reapertura de este colector, se estaría cometiendo un delito contra la vida de los que viven cerca del lugar afectado.

Acceder al lugar es por demás peligroso pero necesario para que la opinión pública sepa en qué condiciones se encuentra el lugar y los riesgos que se corre ante una inminente reapertura de esa cloaca.

A cada paso que dábamos podíamos observar los numerosos desprendimientos de tierra y rocas que caen como proyectiles depositándose en la playa de piedras. El sentido de la visión se vuelve aún más agudo para advertir deslizamientos desde las partes altas del acantilado. La trocha es bastante accidentada y aún se puede sentir rezagos del hedor que emanaba el colector cuando semanas atrás estaba en funcionamiento.

A nuestro paso nos topamos con cuatro enormes tuberías. Eran descomunales anillos de concreto que seguramente formaba parte del colector costanero y se presume que fueron sacadas cuando colapsó. Sin embargo, aún uniendo imaginariamente como rompecabezas esas mismas piezas, en proporción con lo que queda del colector, es seguro que aún las aguas negras no llegarían a las profundidades del mar; sino que, por el contrario esas aguas quedaban expuestas para llegar finalmente  a las orillas de la playa.

Todo el panorama que se ve en la parte baja es muy desolador y nos hace pensar en todos esos años que la población de San Miguel, padeció con los malos olores producto de la contaminación, proliferación de insectos y roedores.

Con todo lo visto lo único que nos viene a la mente es que de una vez por todas las autoridades de San Miguel se pongan más diligentes e inicien la limpieza de la zona afectada y programar según sea conveniente las licitaciones para el surgimiento de ese lugar. Zona que fácilmente podría convertirse en un espléndido sitio para el esparcimiento, con malecones muy bien ornados con playas limpias y mirador de bellos paisajes, lugar donde se pueda respirar aire puro donde se sienta el verdadero olor de la brisa marina y no lo que hasta hace unas semanas era una pestilencia.

Ya es tiempo que el mismo gobierno tome cartas en el asunto e invierta y se aproveche esa bonanza económica que atraviesa el país y de esa manera dejar atrás este triste capítulo que aún es incierto para los que viven en la zona de Miramar en el distrito de San Miguel.