Fuerza de Submarinos Peruanos en su centenario lidera Sudamérica

La Fuerza de Submarinos de la Marina de Guerra del Perú continúa siendo líder entre las flotas de Sudamérica al contar con seis unidades tipos 209 de fabricación alemana, igual de cantidad que Brasil y dos más que Chile.

Este año es el centenario de su fundación cuya fecha central fue le pasado 19 de agosto, siendo la pionera hasta hoy en día en América del Sur y reconocida como la mejor dotada y preparada de la región.

La experiencia y capacidad de esta unidad especializada ha permitido la capacitación a submarinistas de otros países y es invitado constantemente a participar en ejercicios navales con países del primer mundo.

La Historia

Desde 1879 al inicio de la Guerra con Chile ya se venía desarrollando un proyecto sumergible, el cual fue materializado por el ingeniero Juan C. Federico Blume Othon que lo venía desarrollando desde 1866.

Su construcción de 48 pies de eslora por 7 de manga se inició el 22 de junio de 1879, terminándolo en octubre y probado en el puerto de Paita, logrando un descenso hasta 12 metros de profundidad por media hora a 3 nudos de velocidad.

Más tarde fue probado en la bahía del Callao ante la presencia de autoridades navales de aquel entonces, por lo cual se aprobó el inicio de otro sumergible con características superiores como una mayor velocidad en el avance, sin embargo, no se concretó debido a que el ejército chileno se encontraba al sur de Lima. Se empleó entonces el submarino construido en Paita contra los blindado Blanco Encalada y Cochrane, los cuales se alejaron del lugar al enterarse del ataque.

Más tarde, ante la ocupación de la ciudad de Lima, el submarino de Blume fue hundido junto al resto de la escuadra peruana.

Posteriormente, nuestro país ha adquirido naves a lo largo de estos años, cuya reseña histórica lo verá en el siguiente vídeo.

Dentro del Submarino

El espacio dentro de un submarino no excede a los 120 m2 y para quien siente claustrofobia, este es el lugar menos indicado para permanecer tan solo unos minutos. Sin embargo los submarinistas han comprobado que esta incomodidad se domina con orgullo y pasión.

El comandante con la cara pegada al periscopio anuncia el “puesto de combate” mientras luces rojas solo alumbra el pequeño espacio. Se avista un contacto o nave enemiga y aumenta el dramatismo.

Un submarino puede permanecer hasta un mes dentro del mar y en una travesía de entrenamiento se calcula que puede llevar para toda la tripulación 1,8 m3 de carne congelada, 5 m3 de víveres secos y 20 toneladas de agua.

El baño prácticamente es un lujo que no pueden darse, después de unos días el baño es tamaño pasaporte, es decir sólo hasta las axilas y al final es tamaño carnet, sólo la cara, por lo cual, la tripulación de un submarino solo hay hombres, según lo indicó el capitán de fragata y comandante de BAP Arica, Luis José Rocha.

Al carecer de luz, los días y las noches se confunden. “Luego de pasar casi un mes navegando, la rutina marca tus horarios. Tenemos guardias rotativas de cuatro horas, sin importar si es de día o de madrugada; terminado tus guardias te vas a dormir. Puedes desayunar a las 9 de la noche ”, cuenta el teniente primero Andrés Quiñones, jefe de armas del Arica.

Los camarotes están distribuidos en cinco niveles muy cerca uno del otro y es un lugar de descanso para leer o ver películas en los ratos libres.

El aire acondicionado funciona perfectamente en estas naves, pero aún así, el submarino debe subir a la superficie para renovar el aire y ventilar la nave. “En un viaje de entrenamiento, esta maniobra se puede realizar sin problemas, sin embargo, durante una operación militar, se evita salir a la superficie para no ser detectado por los radares enemigos.

En ese momento, la tripulación debe consumir la menor cantidad de oxígeno posible. Debe estar en reposo e intentar dormir la mayor cantidad de tiempo”, explicó Rocha.

La Pasión de los submarinistas

Toda la tripulación sin excepción señala que la pasión es lo que le hace tener este tipo de vida. Tal es el caso del capitán de corbeta Miguel Ángel Delgado, quien tiene 12 años como submarinista que orgullosamente señala que “los submarinistas pertenecemos a una élite dentro de la Marina, nuestro entrenamiento es el más riguroso. Somos un arma letal, capaz de destruir la flota enemiga de manera sorpresiva”.

Asismismo, reconoce que a veces a situaciones de estrés y cansancio, pero existe una fuerza psicológica, la cual es vital para permanecer en concentración.

En cuanto a la vida personal y familiar del submarinista debe ser ordenada, nada de comunicaciones, dejar los problemas fuera como cuando se cierran las escotillas. Y si el truipulante realiza un viaje largo, se designa a un partner, que podría ser algún compañero que queda en tierra y que en un problema imprevisto apoyaría a la familia de los viajeros.

El submarinista debe tener una madurez emocional. “Tuve un compañero en la escuela que recién estaba con enamorada y se desesperaba por hablar con ella. Estábamos a 200 pies de profundidad y se pegaba a la escotilla para ver si conseguía tener señal. No soportó y se retiro de la escuela”, contó Delgado.

Algo más

La cifra exacta de la profundidad máxima de los submarinos alemanes tipo 209 es un secreto militar, pero se sabe que pueden sumergirse hasta al menos 500 metros.