Semana Santa en Lamas, San Martín

Lamas es considerada como una ciudad extraordinaria, por su cultura, paisajes y sus múltiples colores que lo hacen mágico. Está ubicado en el departamento de San Martín y a 22 Km. de Tarapoto, en donde se concentra la población quechua lamista. Durante la Semana Santa hay una serie de celebraciones religiosas tradicionales que permiten una activa participación del pueblo y que desde muy temprano se transforma en una fiesta con mucha organización y trabajo para mostrar a todos la pasión de Cristo.

Conocida como la Ciudad de los Tres Pisos por haberse fundado sobre una colina, Lamas es el lugar de los indios lamistas, quienes llegaron desde Andahuaylas hace más de 500 años huyendo del ejército inca de Pachacutec.

Puede observarse las particularidades de la arquitectura de las casas hecho de tapial (a barro de tierra de color rojizo característica de la zona) con techos de palma o tejas. Asimismo, es curioso observar que las casas no tienen ventanas, por la creencia de impedir el ingreso de los “malos espíritus”.

En Viernes Santo, nadie come carne, en cambio se ofrece decenas de platos típicos a base de vegetales y pescado destacando el juane de chonta, un vegetal mas tierno que una lechuga que soporta muchos estilos culinarios.

En tanto un grupo de jóvenes actores preparan la representación de la pasión de Cristo según el espíritu amazónico. Miles de visitantes concurren en estas fechas, incluyendo gente de varios departamentos y de la Costa.

Y a pesar de la lluvia torrencial y el calor, nada les impide cumplir con su tradición.

La fama de Lamas va en ascenso y es que la fe que se vive en ese lugar es intensa.

Por otro lado, en el mismo Lamas, los turistas podrán encontrar un albergue de una pareja peruano-alemana por Thomas y Maria Inés que se encuentra en la cima de una montaña y que se han hecho famosos por una pizza que ellos mismos preparan.

Lamas es un lugar donde sus fiestas son muy intensas y el resto del año se vuelve un lugar muy apacible. Pueblo andino en proceso de cambio, con gente de carácter tranquilo y sus lentas reacciones han dado pie a los denominados “cuentos lamistas”

Visitar este pueblo es como vivir bajo tradiciones y conceptos muy antiguos; podemos apreciar sus vestidos originales, sus costumbres remotas, sus comidas, su artesanía y su agricultura, pero también una modernidad aplicada a una buena organización que les permite conservar sus tradiciones y desarrollarse socialmente.